En el primer artículo de la serie #blockchainymúsica nos adentrábamos en el mundo de esta nueva tecnología y en la relación que tiene con la industria musical. Pues bien, ahora que ya tenemos hemos sentado las bases es momento de llegar a la parte más interesante: ¿Cuáles son las aplicaciones de esta tecnología en la música? ¿Qué es lo que blockchain va a cambiar en la industria de la música? ¿Cómo me afecta si soy artista o autor? A continuación tienes las seis aplicaciones reales más importantes de esta tecnología en la música.
1. Fijación flexible de precios, distribución y optimización de ingresos.
Actualmente, en las plataformas de streaming, los consumidores pagan una cantidad mensual fija -una suscripción mensual- independientemente de la cantidad de canciones que escuchen. Es decir, pagan por un catálogo de millones de canciones cuando en realidad no llegan a escuchar ni siquiera un 20% de todas las que hay disponibles en la plataforma. Con la aplicación de la tecnología blockchain se podría cambiar este sistema de suscripción, pasando a cobrar a cada usuario un precio diferente dependiendo de la cantidad de veces que escuche una canción, además de pagar una pequeña cantidad sólo por las canciones que escuche, no por el catálogo completo.
Por otro lado, hoy en día, las entidades de gestión de derechos ofrecen tarifas fijas mensuales a sus usuarios finales (restaurantes, peluquerías, discotecas) que varían dependiendo de la superficie del local donde se quiera hacer uso de esa música. Esta forma de cobrar por parte de entidades como SGAE, de primeras parece lógico, pero empieza a perder fuerza con la aparición de la tecnología blockchain, a través de la cual se podría fijar una tarifa flexible dependiendo de diferentes parámetros como el tipo de establecimiento, la importancia de la música para su viabilidad y en función del uso de cada obra.
2. Rapidez de pago, transparencia y poder de negociación.
La tecnología blockchain ofrece visibilidad y transparencia total de todas las operaciones realizadas entre los agentes de la industria, ya que todos los datos almacenados en la cadena de bloques están disponibles y son de fácil acceso para todos los integrantes. Esto permite que los artistas y sus managers vean exactamente qué dinero han recaudado con su música y cuánto falta por pagar. Todo sería mucho más rápido. Un mayor intercambio de datos podría evitar abusos de poder así como facilitar un mayor poder de negociación a los artistas/autores y a sus managers.
3. Contratos inteligentes.
Con la incorporación de blockchain, podríamos tener acceso a los smart contracts o contratos inteligentes, que por poner un símil, son lo mismo que un coche automático. Los contratos inteligentes son algoritmos diseñados para ejecutarse automáticamente si se dan determinadas condiciones. Un contrato inteligente podría crear un algoritmo único que regiría la relación entre todas las partes, evitando así que existieran tantísimos tipos de contratos y con tantas personas involucradas. Además de la cantidad de tiempo que nos ahorrarían, podrían responder de manera dinámica a distintas situaciones (por ejemplo, modificar las tasas de royalties según la popularidad de una canción).
Por otro lado y con el paso del tiempo, ofrecerían la posibilidad de una remuneración más justa para los artistas, evitando excesos de poder y posibles fraudes.
4. Propiedad intelectual.
Con el problema de los derechos de autor, más de lo mismo. Uno de los grandes inconvenientes del sector es la compleja tarea de identificar a los titulares de derechos de propiedad intelectual ligados a una grabación fonográfica, puesto que actualmente no existe una base de datos completa, fiable y accesible a todo el que la necesite. Esto se traduce en dinero sin cobrar para los autores.
La tecnología blockchain, gracias a su base de datos global y unificada a la que tendría acceso “todo el mundo” que forme parte de la cadena, podría solucionar el problema de saber quién es el verdadero titular de los derechos de una obra para así poder pagarle adecuadamente. Tanto las entidades de gestión como las grandes o pequeñas discográficas podrían beneficiarse, ya que podrían crear un registro seguro e inmutable de todo el repertorio del que gestionan derechos. El registro (indicador de los derechos de autor) se sincronizaría con la monetización y así se aseguraría que fuera justa y segura.
5. Piratería.
El sistema blockchain no acabaría por completo con la piratería, pero sí que ayudaría a que disminuyera. Su inmunidad al fraude es innata al sistema, ya que no se puede modificar ningún bloque sin modificar el anterior. Por ejemplo, si un hacker quisiera atacar un bloque de una cadena en particular, necesitaría atacar ese bloque en específico, así como todos los anteriores que conforman la totalidad de esa cadena. Por lo tanto, la posibilidad de que se hackee el sistema es prácticamente nula.
6. Nuevos modelos de negocio.
La tecnología blockchain podría también fomentar la aparición de nuevos modelos de negocio en la industria musical. Por ejemplo, los consumidores podrían hacer también de promotores de los propios artistas. Por lo tanto, podría ser posible que a través de la tecnología blockchain, se ofrecieran recompensas monetarias (micropagos) a los oyentes que promueven su música preferida -casi como un microinfluencer-. Este nuevo modelo de negocio sería totalmente viable, pues los ingresos generados por recurrir a los fans como promotores de los artistas, podrían superar con creces los incentivos que se le proporcionan por su servicio. Así, se ahorrarían gastos publicitarios que actualmente suponen una gran inversión para la discográfica cuando se trata de grandes artistas.
Otro gran modelo de negocio que está tomando fuerza actualmente y del que todo el mundo no para de hablar son los NFT (Non Fungible Token). O lo que es lo mismo, un nuevo formato de venta que se basa en activos digitales únicos, ya sea un disco, una entrada a un concierto o una camiseta firmada. Los artistas pueden revalorizar su música ya que al existir pocas copias de estas obras -en formato NFT-, su valor aumenta. Así como certificar sus obras como únicas, indivisibles e inalterables.
Y hasta aquí el artículo de hoy. Esperamos que os haya parecido interesante y os esperamos en el siguiente capítulo de la serie #blockchainymúsica. En él hablaremos más concretamente de un caso de éxito de una plataforma de streaming que utiliza blockchain como base de su negocio. ¡Nos vemos la semana que viene!
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