Estos datos invisibles son los hilos que tejen la trama de la experiencia musical digital, permitiendo a los oyentes descubrir nuevas canciones. Además, son importantes para que artistas y compositores reciban una justa compensación por sus obras. A medida que la cantidad de música que se sube a las plataformas continúa creciendo, su gestión se vuelve cada vez más compleja. En este artículo, brindaremos las principales claves para entender su importancia.
Los metadatos son la información descriptiva que acompaña a una canción o álbum, revelando detalles esenciales sobre la obra. Desde el título de la canción hasta los nombres de los artistas, compositores y productores involucrados, estos datos brindan un panorama completo de cada creación musical. Son la etiqueta invisible que da sentido al universo de la música digital.
Existe una variedad de categorías que cumplen funciones específicas. Cada una de ellas aporta una pieza fundamental al rompecabezas de la identificación, descripción y gestión de obras musicales.
De este modo, existen los metadatos editoriales, encargados de facilitar la búsqueda e identificación de la música, los metadatos de identificación, fundamentales para el seguimiento y la gestión adecuada de los derechos de autor, y los metadatos descriptivos de las características sonoras de una pieza musical.
El mundo de los metadatos musicales es una intrincada red que involucra a diversos actores y procesos. Desde los propietarios de los derechos, como autores, letristas y artistas, hasta las editoriales, sellos discográficos y entidades de gestión de derechos.
Además, existen capas intermedias que facilitan la conexión entre los creadores y los consumidores finales. Agregadores, hubs de licencias, plataformas de metadatos y otras entidades actúan como puentes, asegurando que la música llegue a los oyentes de manera eficiente y que los derechos de los creadores sean respetados. A continuación, te brindaremos algunas clave sobre su impacto e importancia.
1-Los Metadatos son los Documentos de Identidad de la Música.
En el proceso de medición y transmisión de la información sobre las obras musicales, se utilizan diversos códigos de identificación, cada uno con su importancia y función específica. Estos códigos son los documentos de identidad de la música, permitiendo un seguimiento preciso y una gestión adecuada de los derechos asociados.
Por ejemplo, el ISNI (International Standard Name Identifier) es un identificador único y global tanto para autores individuales como para entidades corporativas involucradas en la creación y distribución de obras. Por otro lado, el IPI (Interested Parties Information) y el ISWC (International Standard Musical Work Code) son códigos clave para identificar a los autores y sus obras respectivamente.
En el mundo de las interpretaciones, cada nueva grabación tiene su propio código ISRC (International Standard Recording Code), esencial para la gestión de los derechos conexos y la explotación adecuada de cada máster.
2-Su complejidad inherente.
La complejidad de los metadatos es intrínseca a la era digital, donde la cantidad de datos crece exponencialmente. Plataformas como Spotify cargan miles de nuevas grabaciones cada día, lo que hace evidente la necesidad de organizar y facilitar el acceso a este vasto catálogo musical.
Los metadatos son fundamentales para responder a desafíos como la navegación eficiente de un catálogo infinito de canciones sin necesidad de conocer los detalles específicos. Técnicas como el audio fingerprinting, que proporciona un resumen matemático de una canción asociado a su audio, permiten la identificación precisa de la música que se reproduce en tiempo real, con implicaciones importantes en la gestión de los derechos de autor y el monitoreo exhaustivo de canales de radio, televisión y otros medios.
3- Estandarización y transmisión para una gestión eficiente.
En el sector musical, la transmisión y estandarización de datos, así como la distribución equitativa de los ingresos, son aspectos cruciales para la gestión eficiente de los derechos y la compensación justa de los creadores. Es por ello que se han desarrollado estándares como los DDEX, que establecen protocolos específicos sobre cómo deben transmitirse los datos y cómo deben gestionarse los royalties asociados.
Estos estándares permiten garantizar una comunicación coherente y uniforme entre las diferentes partes involucradas en la cadena de valor de la música, desde los creadores hasta los consumidores. Además, existen diversos formatos de datos, como Excel, CSV o datos enmascarados en archivos de audio, cuya elección depende del contexto y del tipo de uso previsto.
4- La importancia de una base de datos unificada.
Uno de los mayores retos en la gestión de los metadatos musicales es la consolidación de la información. Cada base de datos de cada servicio, discográfica, sociedad de gestión o plataforma tiene su propio conjunto de reglas y campos, lo que dificulta la integración y consistencia de los datos.
Por otro lado, cuanto más larga sea la cadena de custodia de los datos, mayor es el riesgo de que alguna parte sea incorrecta. Una canción puede pasar por varios compositores, productores e ingenieros antes de llegar a manos del artista, y cada uno de los que contribuyen puede introducir errores involuntarios.
Un nombre puede escribirse incorrectamente, un ingeniero puede quedar fuera de los créditos, o una fusión entre bases de datos puede ocasionar errores técnicos que eliminen información valiosa. Incluso en una sola canción, la metadata puede llegar a ser bastante complicada, con múltiples compositores pertenecientes a diferentes editoriales, cada uno titular de un porcentaje de los derechos de la composición.
Una metadata inexistente, mal hecha o inconsistente ha dado lugar a una crisis que ha dejado millones de dólares sin dueño, dinero que nunca ha llegado a las manos de quienes se han ganado ese derecho. A medida que la cantidad de música creada y consumida continúa creciendo a un ritmo acelerado, este problema se vuelve cada vez más complejo.
Se estima que debido a errores en los metadatos, existe un bote de aproximadamente $250 millones que los servicios de streaming tienen retenidos sin poder pagar a los compositores correspondientes. Cada segundo que pasa sin resolver estos problemas, los artistas están perdiendo dinero que legítimamente les pertenece.
5- Transparencia y equidad en los metadatos.
A medida que la industria musical avanza hacia un futuro cada vez más digital, la importancia de los metadatos sólo seguirá creciendo. Estos datos invisibles son la clave para garantizar la transparencia y la justa compensación de los creadores y los titulares de los derechos.
A través de la continua innovación y el desarrollo de soluciones más eficientes, la industria musical se encamina hacia un panorama en el que los metadatos serán gestionados de manera óptima, asegurando que cada reproducción, cada transmisión y cada uso de la música se traduzca en una remuneración justa para quienes la han creado.
En un mundo donde la música es cada vez más accesible, los metadatos desempeñarán un papel crucial en la preservación de los derechos de los artistas y en la promoción de una industria musical mas equitativa y sustentable.
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