Drake ha presentado una demanda contra Universal Music Group (UMG), acusándola de inflar artificialmente las reproducciones de "Not Like Us", el tema de Kendrick Lamar. Según los argumentos presentados, UMG habría recurrido a bots y otras prácticas fraudulentas para incrementar las cifras de streaming, desviando así a los oyentes y afectando las métricas de Drake. Aunque UMG niega las acusaciones, esta situación pone en evidencia un problema mucho mayor: la manipulación en el consumo musical.
El reciente conflicto entre Drake y Universal Music Group (UMG) ha puesto en el centro del debate una problemática creciente en la industria musical: la manipulación de reproducciones en las plataformas de streaming. Según la acusación de Drake, UMG habría utilizado bots y técnicas fraudulentas para inflar las cifras del tema "Not Like Us" de Kendrick Lamar, afectando así las métricas de otros artistas y alterando la competencia en las plataformas digitales.
Drake sostiene que UMG organizó un plan destinado a favorecer a Kendrick Lamar, impulsado por intereses financieros internos. Según el equipo legal del rapero, ejecutivos de Interscope (una filial de UMG) habrían priorizado maximizar las ganancias de su propia división, relegando los intereses generales de la compañía.
Entre las tácticas señaladas, se acusa a UMG de haber ofrecido tarifas de licencia más bajas a Spotify a cambio de que este promoviera la canción "Not Like Us" a usuarios que buscaban contenido no relacionado. Asimismo, se menciona la contratación de influencers para impulsar la canción en redes sociales y el uso de bots para inflar las cifras de reproducciones.
Además, UMG habría pagado a Apple para que Siri dirigiera de manera deliberada a los usuarios hacia "Not Like Us". Según la denuncia, al solicitar canciones del álbum Certified Lover Boy de Drake, Siri reproducía en su lugar el tema de Lamar.
Por su parte, UMG rechazó las acusaciones y las calificó de “ofensivas y falsas”. Spotify no ha emitido comentarios sobre las alegaciones. Aún queda esperar que la acción prospere hacia una demanda formal.
En qué consiste la manipulación en el streaming.
La manipulación de reproducciones es una realidad que afecta a todo el ecosistema de la música digital. Diversos análisis apuntan a que entre el 3% y el 4% de las reproducciones en plataformas como Spotify o Apple Music son fraudulentas. Estas cifras se generan mediante dos métodos principales:
Bots Automatizados: Programas diseñados para reproducir canciones de manera constante y repetitiva, generando miles de streams en un corto período.
Granjas de Clics: Operaciones organizadas que utilizan equipos o personas para simular reproducciones desde cuentas falsas, alterando artificialmente las cifras de popularidad de ciertos temas.
Un caso documentado en Dinamarca reveló cómo un individuo logró defraudar a plataformas de streaming, utilizando miles de cuentas falsas para generar reproducciones y obtener ingresos por regalías. Esta práctica no solo genera ganancias ilícitas, sino que también afecta la distribución justa de los ingresos por streaming, perjudicando en especial a los artistas independientes.
Cuando las reproducciones falsas se mezclan con las reales, las listas de éxitos pierden autenticidad y los oyentes son dirigidos hacia canciones que quizás no elegirían de manera orgánica. Para los artistas, el problema es aún más grave: la manipulación del streaming reduce su participación en el pool de regalías, dejando a muchos con menos ingresos de los que merecen.
Además, las plataformas de streaming también ven comprometida su credibilidad, ya que las métricas de popularidad, diseñadas para reflejar los gustos del público, se convierten en herramientas manipulables que benefician a quienes tienen acceso a estas prácticas deshonestas.
Aunque las plataformas como Spotify y Apple Music han implementado sistemas de detección de actividad fraudulenta, los estafadores encuentran formas de eludir estos controles. Algunas estrategias prometedoras incluyen el uso de inteligencia artificial avanzada para identificar patrones sospechosos y colaborar con reguladores para castigar a los responsables.
Sin embargo, el papel de los sellos discográficos también está bajo escrutinio, ya que algunas investigaciones sugieren que ciertos actores de la industria podrían estar involucrados en estas prácticas para promover sus catálogos de manera poco ética. Tal es el caso de la acusación de Drake contra UMG.
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