En el complejo mundo de la industria musical, los derechos editoriales son fundamentales para que los artistas y compositores puedan recibir compensaciones justas por sus obras. Este artículo detalla la importancia de los derechos de autor, cómo funcionan y cómo pueden maximizar las ganancias de los creadores musicales.
¿Qué son los derechos editoriales?
Los derechos editoriales hacen referencia a las obligaciones legales de las personas o entidades que utilizan una composición musical de pagar al compositor. Estos derechos aseguran que los artistas, tanto firmados como independientes, reciban su retribución por el uso de sus creaciones. Es vital entender que las composiciones y las grabaciones de sonido tienen créditos y regalías diferentes: los compositores reciben regalías por las composiciones, mientras que los productores e intérpretes las reciben por las grabaciones.
Tipos de regalías en la edición musical.
Existen tres tipos principales de regalías que los compositores pueden obtener a través de la edición musical:
Regalías mecánicas: Se generan cuando un cliente compra copias físicas o digitales de una composición. Esto incluye vinilos, CD y transmisiones digitales como las de Spotify. Las plataformas de transmisión no interactivas, como Pandora, no están cubiertas por estas regalías; en su lugar, generan regalías por interpretación.
Regalías por interpretación: Se aplican a cualquier presentación pública de una composición, desde conciertos en vivo hasta transmisiones por radio y el uso de la música en restaurantes o locales. Las organizaciones de derechos de interpretación (PROs), como BMI, ASCAP y SESAC, gestionan estas licencias de uso generalizado.
Regalías de sincronización: Surgen cuando una composición se utiliza en medios como programas de televisión, anuncios o videojuegos. Los acuerdos de sincronización son los únicos en los que los titulares de derechos y los usuarios firman acuerdos directos.
¿Cómo funcionan los derechos editoriales?
Los derechos de publishing (o editoriales) implican la participación de editores, firmas de licencias, sellos discográficos y organizaciones de derechos mecánicos (MROs) y de interpretación (PROs). Mientras que los editores recolectan las regalías de estas organizaciones en nombre de los compositores, las firmas de licencias se encargan de asegurar oportunidades de sincronización y gestionar las regalías correspondientes.
Las PROs y las MROs son responsables de la recopilación de regalías de los usuarios, como plataformas de streaming, estaciones de radio y lugares de eventos, pero no distribuyen los pagos directamente a los compositores. Esa es la función de los editores, quienes actúan como intermediarios y garantizan que los compositores reciban el pago que les corresponde.
Ejemplos prácticos de los derechos editoriales.
Imagina que tu álbum recibe 10,000 reproducciones en su primer día en Spotify. Spotify tendría que pagar regalías a la PRO que gestiona tus derechos musicales. El contrato entre Spotify y tu PRO (o lo que es lo mismo, tu entidad de gestión de derechos de autor) determinaría la suma adeudada, y tu editor se encargaría de recolectar y transferirte el dinero.
Otro ejemplo es cuando un anuncio usa tu composición sin tu permiso, lo que constituye una infracción de derechos de autor. Casos como estos pueden terminar en demandas exitosas, como sucedió en 2011 cuando Eminem demandó a Audi por utilizar un sonido similar a su éxito “Lose Yourself” sin su consentimiento.
¿Quién posee los derechos editoriales?
Usualmente, los compositores son dueños del copyright de sus obras, pero si se firma un acuerdo de edición, la firma editorial puede obtener los derechos editoriales. Esto significa que los ingresos generados se dividen generalmente en un 50% para la editorial y el 50% restante entre los compositores.
Por ejemplo, si una canción es creada por un compositor y tres coescritores bajo un acuerdo editorial el editor recibiría el 50% de las regalías, mientras que el compositor y los coescritores se dividirían el otro 50%, recibiendo cada uno un 12.5% del total.
Es importante también diferenciar entre la propiedad de los derechos de los másters. Las grabaciones de sonido o másters son propiedad de los sellos discográficos cuando se firma un contrato con ellos, mientras que los derechos editoriales suelen ser propiedad del editor.
La importancia de proteger tu trabajo y cómo ArtSigna puede ayudarte.
Comprender los derechos editoriales parecer complicado debido a los múltiples actores y términos legales, pero es esencial para proteger y monetizar el trabajo de los artistas. Elegir trabajar con un editor, manejar las regalías de manera independiente o utilizar servicios como DistroKid para mantener el 100% de tus ganancias son decisiones que cada artista debe considerar cuidadosamente.
En un mundo donde la música es una inversión de tiempo, talento y recursos, garantizar una gestión eficaz de los derechos editoriales es clave para que los creadores obtengan la retribución que merecen. Para proteger tu música y asegurar tus derechos de propiedad intelectual, plataformas como ArtSigna pueden ser un aliado invaluable.
ArtSigna es una plataforma dedicada a ayudar a artistas y compositores a garantizar la propiedad y gestionar sus derechos en el entorno digital. A través de su servicio, puedes proteger tus creaciones musicales, evitando problemas legales y asegurando que tus obras estén registradas y protegidas frente a posibles infracciones. Con ArtSigna, los músicos pueden asegurarse de que sus esfuerzos creativos estén respaldados por una solución eficaz de gestión de derechos y protección de propiedad intelectual, lo que les permite centrarse en la creación mientras cuentan con la tranquilidad de saber que sus intereses están salvaguardados.
Usar herramientas como ArtSigna es un paso fundamental en la carrera de cualquier creador, permitiendo que la música no solo se comparta y disfrute, sino que también se respete y valore en su justa medida.
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