Las dos empresas mas importantes de IA generativa de música, se han visto envueltas en una batalla legal con las principales compañías discográficas por el uso de grabaciones protegidas con derechos de autor para entrenar sus sistemas. Sin embargo, se defienden argumentando que dicho entrenamiento se enmarca dentro de la excepción de "Uso Justo" -o en inglés "Fair Use"- de la Ley de Copyright. Pero, ¿En qué consiste esta doctrina? ¿Cuáles son los principales argumentos de Suno y Udio?
Inicialmente, Suno y Udio habían evadido argumentar que efectivamente usaban material protegido con derechos de autor para entrenar sus modelos de IA. Sin embargo, en sus respuestas presentadas ante los tribunales federales de Estados Unidos, ambas empresas han admitido abiertamente que sus datos de entrenamiento incluyen grabaciones protegidas con derechos de autor. Pero, ¿cuáles son dichos argumentos?
Suno explicó que sus "datos de entrenamiento incluyen esencialmente todos los archivos de música de calidad razonable que son accesibles en Internet abierto, respetando los muros de pago, las protecciones de contraseña y similares, combinados con descripciones de texto igualmente disponibles".
Por su parte, Udio reconoció que "es probable que entre las muchas grabaciones con las que se entrenó su modelo se incluyeran algunas cuyos derechos pertenecen a los demandantes en este caso".
Tanto Suno como Udio argumentan que su uso del material con derechos de autor se enmarca dentro de la excepción de "uso justo" de la ley de derechos de autor de Estados Unidos.
Para respaldar esta posición, las empresas citan dos resoluciones como precedentes legales: Una resolución que considera legal crear miniaturas de fotos con derechos de autor para crear motores de búsqueda de imágenes. Otra resolución que considera legal ingerir trabajos de estudiantes en herramientas anti-plagio.
Según los argumentos de las empresas, estos precedentes establecen que las "copias intermedias" realizadas por sus sistemas de IA, que "nunca son vistas ni escuchadas por nadie", también caen dentro de la excepción de "uso justo".
Suno afirma que "no hay duda: los resultados aquí, como regla general, no infringen derechos de autor". Por su parte, Udio sostiene que "incluso en la medida en que los resultados de Udio 'imiten o simulen' sonidos en las grabaciones de los demandantes, el Congreso tomó la decisión de política pública de inmunizar a tales nuevas creaciones de la responsabilidad por infracción de derechos de autor, siempre que no contengan fragmentos reales de grabaciones preexistentes".
La posición de la RIAA y las discográficas.
La RIAA, la organización que representa a la industria discográfica en Estados Unidos, ha respondido rápidamente a los argumentos de Suno y Udio, calificando la admisión de las empresas sobre el uso de música con derechos de autor para entrenar sus IA como una "concesión importante" en este litigio de alto impacto.
Un portavoz de la RIAA declaró: "Después de meses de evasivas y engaños, los acusados finalmente han admitido su copia masiva no autorizada de las grabaciones de los artistas. Es una importante concesión de hechos que pasaron meses intentando ocultar y que solo reconocieron cuando se les obligó a hacerlo mediante una demanda".
Además, la RIAA sostiene que la "infracción a escala industrial" de Suno y Udio no califica como "uso justo", y que "no hay nada justo en robar el trabajo de toda la vida de un artista, extraer su valor esencial y volver a empaquetarlo para competir directamente con los originales".
Tanto la RIAA como las discográficas demandantes han acusado a Suno y Udio de competencia desleal al utilizar sus obras con derechos de autor sin autorización. Según la RIAA, Suno y Udio "tenían un camino legal listo para llevar sus productos y herramientas al mercado: obtener el consentimiento antes de usar su trabajo, como ya lo han hecho muchos de sus competidores".
Las discográficas argumentan que la "visión de Suno y Udio sobre el 'futuro de la música' es aparentemente una en la que los fanáticos ya no disfrutarán de la música de sus artistas favoritos porque esos artistas ya no podrán ganarse la vida".
La visión de Suno y Udio.
Suno y Udio alegan que las demandas de las discográficas tienen como objetivo impedir la competencia y proteger su cuota de mercado. Suno afirma que "lo que realmente no quieren las principales discográficas es la competencia", y que ven a sus herramientas de IA como "una amenaza para su cuota de mercado".
Por su parte, Udio sostiene que "nadie es dueño de los estilos musicales" y que "desarrollar una herramienta para empoderar a muchas más personas a crear música, analizando a gran escala las relaciones entre notas, ritmos y tonos para determinar los bloques de construcción de los diferentes estilos musicales, es un uso justo por excelencia según la doctrina de derechos de autor vigente y sin interrupciones".
Suno y Udio han recurrido a una analogía histórica para respaldar su posición, señalando que la industria musical ha enfrentado resistencia a la innovación tecnológica en el pasado. Citan casos como la oposición de los músicos a la introducción de los discos cuando estos comenzaron a ganar tracción comercial en la década de 1930; o bien, cuando la resolución de la Federación Estadounidense de Músicos prohibiendo el uso de sintetizadores en la década de 1960 por temor a que reemplazaran a los instrumentistas. Según Suno y Udio, estas reacciones de la industria musical ante innovaciones tecnológicas se asemejan a la postura actual de las discográficas frente a la inteligencia artificial.
Sin dudas, la batalla legal entre Suno y Udio con las principales discográficas revela las tensiones entre la innovación tecnológica y la protección de los derechos de autor en la industria musical. A medida que la IA continúa transformando la creación musical, será crucial encontrar un equilibrio entre fomentar la innovación y proteger los derechos de los artistas.
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